Estoy cansadx de contar nuestras acciones de rescates, por lo ahora sólo escribiré que en unas pocas noches hemos sacado del dolor y el sufrimiento a 217 gallinas.
Hay lugares que hemos visitado más de una vez. Las recordamos poco después de haber sido hacinadas en esos pasillos y jaulas. Estaban en calma, nos dejaron cogerlas y llevarlas en nuestros brazos. Muchas de las personas que las acogen en espacios seguros se quedan maravilladas de lo hermosas que son como individuos.
El tiempo pasa, algunas mueren, otras sobreviven y las que aún siguen vivas pierden la cabeza, las fuerzas y las ganas de vivir. A cada pequeño impulso reaccionan de manera alocada, se asustan con la luz, con el sonido, gritan mucho y agitan las alas, eso es lo que nos cuentan las personas que las tienen alojadas en sus hogares, hablando sobre el sufrimiento que han tenido que pasar y lo que los granjeros les han hecho.
A veces vamos a rescatarlas sólo un par de días antes de que manos humanas las saquen de sufrimiento y sean metidas en cajas para ser asesinadas en el matadero. En sus últimos días, estos individuos se vuelven letárgicos y algunos de ellos no sobrevivirán en sus nuevos hogares. Yo lo sé cuando las cojo en mis brazos.
Mucha gente que ofrece sus hogares para que ellas vivan nos dicen cuánto de horribles son las granjas con jaulas en batería, pero ellas no vienen sólo de esas granjas, les decimos que la miseria está en todas partes.
Muchos mienten acerca de que tenerlas en batería es mejor que los aviarios o los sistemas sin jaulas, otros mienten diciendo que son peores, por lo general se repiten en su discurso . Todos son unos mentirosos invocando al sentido común y las emociones.
Pero, realmente a quiénes les duele esto? Por ejemplo, estas gallinas han sido liberadas de un sistema de aviario.
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traducido de Michal Kolesár