via Coordinación Estudiantil Anti-especista
Fotos y proclama de la marcha contra la explotación animal y el agronegocio.
Llegamos a la última parada de este recorrido, finalmente también, volvemos al mismo punto al que hemos estado viniendo desde hace tres años una y otra vez para señalar la complicidad del Estado con el capital local e internacional en la realización del proyecto extractivo de explotación y contaminación.
A esta altura parece trivial denunciar este lugar y a sus jerarcas, pero cada vez que nos descuidamos este ministerio logra dar un paso más en la profundización del saqueo.
No es solo que presida el Gabinete Nacional de Bioseguridad, no es solo que su propio Ministro, Tabaré Aguerre, sea un encumbrado dirigente del lobby del agro negocio arrocero, tampoco que hayan firmado un nuevo protocolo sanitario para las exportaciones de granos a china que tendrá como consecuencia mayores y más duras aplicaciones de agro tóxicos sobre la tierra para asegurarse de cumplir con los requisitos sanitarios y fitosanitarios.
No es que brinden desde distintas comisiones internas cursos de capacitación para fumigadores, operadores de silos y cosechadores, tampoco es solo que hayan abierto un llamado público para financiar experimentos destinados a la certificación de inocuidad alimentaria; en otras palabras, que estén entregando dinero a gente dispuesta a intentar generar informaciones que hablen de lo sanos que son los transgénicos y los híbridos animales.
No, no es eso, ni que estén financiando con un préstamo del BID proyectos en el rubro agroforestal. No, ni eso ni sus comisiones de bienestar animal, que haciendo gala de la inagotable capacidad política para el doble discurso, por un lado difunden un paquete de políticas menores destinadas al cuidado de los “animales domésticos”, mientras por otro se dedican a velar por los intereses higienistas de la industria animal, velando por las características que tienen que mantener los animales prisioneros en los campos de exterminio y cuyo destino final es un contenedor con destino a Asia o Europa, o la carnicería de cualquier supermercado montevideano.
Lo que nos motiva a volver a este lugar es, además de la suma de todas estas cosas, la necesidad de establecer, de una vez por todas, una relación cruel pero fundamental en el rubro del extractivismo, y esa relación es la que existe entre el negocio de la ganadería y el de la producción de granos.
Es necesario comprender que estos dos rubros, los principales rubros exportadores, no solo tienen eso en común si no que también están emparentados desde la raíz a tal punto que las principales empresas productoras y comercializadoras de carnes están emparentadas y articuladas en holdings empresariales con las principales productoras de granos y medicamentos.
Entonces, inevitablemente se cierra la cadena de valor que comienza con la alimentación con transgénicos del ”ganado” y termina con la “carne” dispuesta en las multinacionales de la comida rápida.
En el medio, empresas de químicos hacen su parte vendiendo tanto agro tóxicos como hormonas y remedios para la cura de enfermedades producto del cautiverio de los animales explotados.
En consecuencia, mas el 85% de la soja exportada desde Uruguay tiene como destino alimentar al ganado criado en condiciones de hacinamiento en feedlots de china, donde también reciben una importante parte de las exportaciones de “carne” y de ”ganado” en pie.
Este Ministerio es el principal gestor y administrador de este modelo, es el que tiene la responsabilidad directa tanto de las áreas ganaderas como forestales y sojeras, así como también pertenece a él la DINARA, responsable de la pesca de arrastre.
En definitiva, es desde este lugar desde donde se está planificando a diario y fomentando la profundización de este estilo de vida basado en la explotación de la naturaleza y la cosificación de la vida.
Señalamos entonces al Ministro Tabaré Aguerre, al Director de la Unidad de Asuntos Internacionales Rodolfo Camarosano, al Director General de Servicios agrícolas, Ing. Agr. Federico Montes y al Dr. Norman Benett, gerente de la dirección general de control de inocuidad alimentaria, todos cómplices al servicio del agro negocio y la explotación animal.
Llamamos entonces a todas las compañeras y compañeros a levantar sus puños y afilar sus ideas, llamamos a todas a auto organizarse para luchar contra este modelo, no callar ante ninguna forma de opresión, y resistir a sus imposiciones para cuestionar sus fundamentos y para seguir profundizando la lucha.
Contra todos ellos y por un mundo libre y sin distinciones, por un mundo de coexistencia pacífica con la naturaleza.
¡Acción directa y resistencia en la calle!